Las causas más comunes de la impotencia (disfunción eréctil) incluyen el envejecimiento y enfermedades como la arteriosclerosis y la diabetes. También puede ser provocada por problemas psicológicos graves, como el estrés agudo o crónico. Fumar es otro factor que puede contribuir a esta condición. En los últimos años, se han desarrollado varias alternativas de tratamiento farmacológico. Anteriormente, el tratamiento más común (alprostadil) requería inyecciones en el pene. Desde septiembre de 1998, se ha aprobado en Suecia un tratamiento en forma de comprimidos: Viagra (sildenafil).
Viagra actúa bloqueando las enzimas que interfieren en el proceso de erección, relajando los músculos lisos y mejorando el flujo sanguíneo al pene. Su efectividad requiere estimulación sexual previa. El comprimido se toma aproximadamente una hora antes de la actividad sexual, y sus efectos pueden durar hasta cuatro horas. Este tratamiento es eficaz para la mayoría de los tipos de disfunción eréctil.
Grupo objetivo: Aproximadamente el 5 % de los hombres adultos en Suecia (alrededor de 160 000 personas) reportan problemas de erección, con mayor prevalencia en hombres mayores y aquellos con enfermedades cardiovasculares, diabetes o antecedentes de tabaquismo.
Relación con otras tecnologías: El método predominante antes de Viagra era la inyección de alprostadil, que tiene una efectividad aproximada del 65 %, pero resulta incómoda para muchos hombres. Métodos no farmacológicos como bombas de vacío y anillos para el pene pueden ser útiles en algunos casos, aunque su uso está disminuyendo. Para casos graves, Viagra puede no ser suficiente, y se pueden requerir otros tratamientos.
Beneficios para los pacientes: Estudios clínicos han demostrado que Viagra mejora significativamente la tasa de éxito en las relaciones sexuales, con pocos efectos secundarios. Los más comunes son enrojecimiento facial, dolores de cabeza y problemas estomacales, generalmente leves.
Complicaciones y efectos secundarios: Viagra puede bajar la presión arterial y potenciar los efectos de nitratos como la nitroglicerina, lo que conlleva riesgos cardiovasculares graves si se toman simultáneamente. Dosis superiores a 100 mg no ofrecen beneficios adicionales y aumentan los riesgos de efectos secundarios, incluidos problemas oculares que suelen resolverse espontáneamente.
Viagra se considera un tratamiento seguro y eficaz basado en los datos disponibles a corto plazo.
No obstante, se han reportado algunas muertes en los Estados Unidos relacionadas con el uso de Viagra. Estas deben considerarse en el contexto del elevado número de recetas emitidas. Entre marzo y julio, se escribieron más de 3.6 millones de recetas. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) verificó que 69 hombres murieron después de haber consumido Viagra, con una edad promedio de 64 años (rango entre 29 y 87 años). Doce de estos casos involucraron automedicación con dosis desconocidas o combinaciones con nitroglicerina u otros nitratos. Basándose en esta información, la FDA decidió únicamente monitorear la situación. Además, no está claro si el medicamento fue directamente responsable de las muertes o si estas se debieron al esfuerzo físico asociado con un mayor nivel de actividad sexual.
Costos y relación costo-efectividad:
En 1997, los costos directos del tratamiento farmacológico para la disfunción eréctil (principalmente con alprostadil) fueron de aproximadamente 60 millones de coronas suecas (SEK). El costo por inyección de alprostadil varía entre 65 SEK y 150 SEK, según la dosis y el empaque. Un comprimido de Viagra en Suecia cuesta entre 56 SEK y 79 SEK y está subvencionado de manera similar al alprostadil. Basándose en las estadísticas de ventas en Estados Unidos, se estimó que el costo total para 1998 fue de 5.9 mil millones SEK. En Suecia, esto equivaldría a unos 200 millones SEK. Se espera que los costos del alprostadil disminuyan, pero la introducción de Viagra probablemente incrementará el uso general de medicamentos para la disfunción eréctil y, con ello, sus costos totales. Aunque no se han publicado análisis de costo-beneficio, el medicamento podría ser más rentable si sustituye tratamientos existentes. Sin embargo, su rentabilidad en pacientes no tratados previamente es más difícil de determinar.
Impacto en los servicios de salud:
En la mayoría de los casos, no se requiere una investigación médica avanzada, y los médicos de atención primaria deberían manejar estos casos inicialmente. Solo si el tratamiento falla, sería necesario derivar al paciente a un urólogo. La amplia cobertura mediática sobre Viagra alentará a más pacientes a buscar tratamiento, lo que requiere una adecuada capacitación de los médicos.
Aspectos éticos:
El aumento en los costos del tratamiento de la disfunción eréctil implica redistribuir recursos de otras áreas del sistema de salud. Es probable que incluso hombres sin disfunción eréctil, que deseen mejorar su potencia, generen demanda por Viagra, lo que plantea cuestiones sobre la priorización de recursos y la idoneidad de subvencionar este uso con fondos públicos. Varios países europeos han decidido no subvencionar el medicamento, y este tema también ha generado debate en Estados Unidos. Se espera que los consejos locales consideren medidas para limitar las prescripciones y la cantidad de dosis.